Hoy exploraremos el juego del oso y sus variantes, centrándonos en diferentes tipos de osos y sus características de movimientos. Este enfoque nos ayudará a entender la torpeza, pesadez y lentitud que caracterizan a estos animales, y cómo estas cualidades pueden ser aplicadas en ejercicios físicos.
Características Generales de los Osos
En general, los osos se mueven de manera pausada y pesada debido a su gran tamaño y fuerza. A diferencia de animales como el ciervo, que se desplazan con rapidez y ligereza, los osos requieren mucha fuerza para moverse. Este tipo de movimientos, aunque lentos, son poderosos y estables, y son fundamentales en los ejercicios que veremos.
Ejercicios del Juego del Oso
Girar la Cintura
Para este ejercicio, comenzaremos con las «patas de oso», colocando la yema del dedo pulgar sobre las uñas del índice y del medio, formando un círculo. Colocamos las manos en la región abdominal, iniciando un movimiento de rotación desde la cresta ilíaca del lado derecho, pasando por la región transversa y descendente del abdomen. Este movimiento debe ser suave, sin causar molestia o dolor, y se puede realizar en ambas direcciones, con siete repeticiones para mujeres y ocho para hombres.
Sacudirse Como un Oso
En este ejercicio, mantenemos las «patas de oso» y los brazos relajados. Damos un paso adelante y realizamos tres movimientos de brazos fluidos, asegurándonos de que se escuche la pisada al momento de dar el paso. Este movimiento combina fluidez y poder, y debe realizarse con una ligera flexión en la postura neutra.
El Oso Se Estremece
Aquí, ampliamos la base de sustentación más allá de la altura de los hombros y realizamos un movimiento vibratorio, similar al balanceo de un oso. Este ejercicio ayuda a estimular los vasos gobernadores, movilizar el flujo energético a nivel de las piernas y mejorar la flexibilidad de la cintura. Se puede realizar por tiempo, asegurando una respiración fluida y rítmica.
Juego del Mono
Mantenerse Sobre las Patas
Para este ejercicio, juntamos los dedos en forma de pinza y elevamos las manos a la altura del abdomen, subiendo hasta la región torácica. Realizamos una elevación de los hombros mientras estiramos las rodillas y elevamos los talones, manteniéndonos en puntillas. El ejercicio incluye una rotación del cuello hacia el hombro derecho o izquierdo, manteniendo siempre una postura recta y equilibrada.
Recoger la Fruta
Este ejercicio requiere más coordinación. Comenzamos con los pies juntos o separados a la altura de los hombros, flexionamos ligeramente las rodillas y elevamos las manos hacia el abdomen. Desde esta posición, estiramos los brazos hacia arriba y realizamos una rotación del cuello, mirando sobre el hombro. El movimiento se repite para ambos lados, asegurando una postura correcta y evitando el dolor.
Conclusión
Los ejercicios del juego del oso y del mono no solo mejoran la fuerza y la movilidad, sino que también fomentan una conexión más profunda con las cualidades de estos animales. Practicarlos de manera regular puede aportar grandes beneficios a nivel físico y energético.
Espero que disfruten de estos ejercicios y que encuentren beneficios en su práctica. ¡Nos vemos en el próximo artículo!